EL TRANSPORTE MUTANTE DE LIMA
Cuanta añoranza siento, cuando allá en mi lejana niñez de tranvías y “lanchones” (llámese autos grandes de los años 60s en todos sus modelos), de buses mil remaches y su chimenea de humo negro en su escape, asientos de cuero y aceleración ascendente, sin los respingos de un microbusero actual, tardes tranquilas de estío en Barranco, sunset en degradé desde un naranja pálido hasta un rojo escarlata, sueños echados a correr junto a la brisa marina que con olor a mar, acompañaron mis sueños hasta mi adolescencia, las vigas de acero calzaban exactas a nuestros deseos en cada calle del centro de Lima cuadrada donde tomábamos el “caballo de hierro”, que con su crujir característico venía a nuestro encuentro cansinamente, montar “al vuelo” al invite del pasamano reluciente de la pequeña escalera y sortear sinuoso en su pasadizo al conductor para no pagar el pasaje en el largo trayecto hasta la bajada de agua dulce.
Cuanta añoranza siento, cuando allá en mi lejana niñez de tranvías y “lanchones” (llámese autos grandes de los años 60s en todos sus modelos), de buses mil remaches y su chimenea de humo negro en su escape, asientos de cuero y aceleración ascendente, sin los respingos de un microbusero actual, tardes tranquilas de estío en Barranco, sunset en degradé desde un naranja pálido hasta un rojo escarlata, sueños echados a correr junto a la brisa marina que con olor a mar, acompañaron mis sueños hasta mi adolescencia, las vigas de acero calzaban exactas a nuestros deseos en cada calle del centro de Lima cuadrada donde tomábamos el “caballo de hierro”, que con su crujir característico venía a nuestro encuentro cansinamente, montar “al vuelo” al invite del pasamano reluciente de la pequeña escalera y sortear sinuoso en su pasadizo al conductor para no pagar el pasaje en el largo trayecto hasta la bajada de agua dulce.
Hoy mi memoria les fía
Recuerdos de la vida mía
Repasos que mi fe confía
Desde el andén del tranvía
Yo me acuerdo todavía
Como tu cadera se movía
En paralelo mientras reía
Con las curvas de la vía
Recuerdos de la vida mía
Repasos que mi fe confía
Desde el andén del tranvía
Yo me acuerdo todavía
Como tu cadera se movía
En paralelo mientras reía
Con las curvas de la vía
Y es que la vida pasaba muy quedamente, no había la vorágine del vivir actual, si había competitividad no me acuerdo, pero si de la educación perdida en cuanto a educación vial y pública en general se refiere, hoy es letra extinta el ceder un asiento a los mayores, ni siquiera había cartelitos como ahora que digan, “asiento reservado” que de nada sirve ni a las madres con niños, ni al anciano con bastón, ni mucho menos al discapacitado; y quienes son los que se posicionan de estos asientos reservados, ¡los niños o jóvenes estudiantes que van al colegio! y claro custodiadas por sus parcas madres que al menor atisbo de querer corregir el abuso por parte de uno, te fulminan con la mirada y si llegas a reclamar educadamente, te bombardean de improperios que francamente no se para que mandan a sus hijos a la escuela, si de un plumazo con su ejemplo lo estrangulan todo.
El otro día mi abuelo
Se fue a cortar el pelo
Al bus se subió al vuelo
Pero se sentó en el suelo
En el asiento reservado
Durmiendo iba un tarado
Que con flema de venado
Dejo a mi abuelo parado
Se fue a cortar el pelo
Al bus se subió al vuelo
Pero se sentó en el suelo
En el asiento reservado
Durmiendo iba un tarado
Que con flema de venado
Dejo a mi abuelo parado
No hay nada que hacer, el transporte publico de Lima, cual virus de la gripe porcina, también a mutado en todas sus variantes y laberintos, no existe mas la educación entre los pasajeros, los choferes, cobradores, apuntadores e inspectores, son de la misma escuela, es decir, maleducados como un asno con título, analfabetos en el abc del reglamento vial, prepotentes como aprista en un cargo público y sucios como azotea de asentamiento humano.
Viajando en un bus desde Pueblo Libre hasta Las Flores en San Juan de Lurigancho, tuve problemas para pagar un pasaje a precio justo (y es que ahora en el Perú, todos hacen lo que les da su regalada gana) las tarifas son una calcomanía que nadie respeta, así que éstas solo sirven para que el cobrador joda cuando un pasajero reclame y trate de callarlo con la muletilla “todavía te estoy cobrando menos de lo normal y piteas”; el asunto es que después de gritarnos siete cuadras seguidas y tres pasajeros pasarse de su paradero porque el burro no anunció el pare al otro acémila que es el chofer, hubo un silencio de media cuadra porque de nuevo el huevón comenzó a gritar a todo pulmón ¡Tacna, puente Trujillo, acho, malecón checaaaaaaa ¡ como si nada hubiese pasado.
Viajando en un bus desde Pueblo Libre hasta Las Flores en San Juan de Lurigancho, tuve problemas para pagar un pasaje a precio justo (y es que ahora en el Perú, todos hacen lo que les da su regalada gana) las tarifas son una calcomanía que nadie respeta, así que éstas solo sirven para que el cobrador joda cuando un pasajero reclame y trate de callarlo con la muletilla “todavía te estoy cobrando menos de lo normal y piteas”; el asunto es que después de gritarnos siete cuadras seguidas y tres pasajeros pasarse de su paradero porque el burro no anunció el pare al otro acémila que es el chofer, hubo un silencio de media cuadra porque de nuevo el huevón comenzó a gritar a todo pulmón ¡Tacna, puente Trujillo, acho, malecón checaaaaaaa ¡ como si nada hubiese pasado.
Si de educación se trata
El Sutep y su bravata
Ha perdido su alpargata
Y de paso la reata
Es lección de beata
Educar tanta rata
Que al timón de cada lata
Te mutila, o te mata
El Sutep y su bravata
Ha perdido su alpargata
Y de paso la reata
Es lección de beata
Educar tanta rata
Que al timón de cada lata
Te mutila, o te mata
Cotidiano es la muerte, atropello, desorden y conchudez que cada microbusero exhibe en sus unidades que hasta el truhán de León Alegría, se ha declarado en huelga de hambre porque no lo dejan salir de prisión…!que caradura carajo! y el papudo panzón en Palacio habla de cualquier cosa, menos de su compañero de herrumbres políticas y tropelías de su primer gobierno; el raciocinio general es que son cómplices de oscuros negociados bajo la mesa y que cada uno se sabe mucho del otro por eso es que se calla.
En este mismo entendimiento, policías y conductores conviven en una podredumbre decadente que ni macuito lo arregla, encima los pensantes alucinados del parlamento aprobaron un reglamento vial que castiga con sumas exorbitantes faltas simples de omisión presentado nada menos que por… ¡Meche Cabanillas!, en su misma lógica le diríamos “que hace una maestra de escuela, en el Ministerio del Interior”, pucha, solo en el Perú pueden suceder cosas así.
En este mismo entendimiento, policías y conductores conviven en una podredumbre decadente que ni macuito lo arregla, encima los pensantes alucinados del parlamento aprobaron un reglamento vial que castiga con sumas exorbitantes faltas simples de omisión presentado nada menos que por… ¡Meche Cabanillas!, en su misma lógica le diríamos “que hace una maestra de escuela, en el Ministerio del Interior”, pucha, solo en el Perú pueden suceder cosas así.
Mi primo hermano Fermín
Y su amigo Benjamin
Con cien papeletas, al fin
Manejan por cada confín
Con sus sesos de shaolin
Y su perro tribilin
Se zurran del trampolín
Porque les llega al pipilin
Y su amigo Benjamin
Con cien papeletas, al fin
Manejan por cada confín
Con sus sesos de shaolin
Y su perro tribilin
Se zurran del trampolín
Porque les llega al pipilin
Y es cierto, hay choferes sobre todo de los llamados “microbuses” que tienen entre 30 y 90 papeletas en su record de todos los códigos del tarifario policial ¡y siguen manejando como si nada!, éstos microbuseros, las coaster, y omnibuses han transformado sus unidades sin que nadie haga nada ni en las inocuas “revisiones técnicas”, por ejemplo los micros de 12 pasajeros, ahora llevan 18 ¡y sentados!, ¿cómo han hecho?, sencillamente han achicado los asientos a nivel de pasajero púber, los han arrimado de tal forma que si tienes la suprema suerte de ir sentado, tus piernas en la cuarta cuadra se adormecen, y al final de tu viaje terminas con un dolor de columna que te dura tres días, previa visita al traumatólogo por supuesto, hay asientos que por esta corrida coincide exactamente encima de las llantas traseras, entonces tu asiento esta a la misma altura del guardafango y tienes que sentarte en posición de momia, que a la postre resulta terriblemente fatal.
Si yo tuviese poder, al dueño, al chofer y su cobrador, los haría sentarse medio día sin que se muevan ni un milímetro en estos asientos, para que vean lo abusivo y arbitrario que es, es sin duda atentatorio incluso contra los derechos humanos, y encima, hay que pagarles todavía… no hay derecho carajo.
Si yo tuviese poder, al dueño, al chofer y su cobrador, los haría sentarse medio día sin que se muevan ni un milímetro en estos asientos, para que vean lo abusivo y arbitrario que es, es sin duda atentatorio incluso contra los derechos humanos, y encima, hay que pagarles todavía… no hay derecho carajo.
La plaga del microbús
Estremece la testuz
Más fuerte que un obús
En cabeza de avestruz
Lo malo es que la luz
No detiene ni la pus
Mientras tanto Mariluz
Sigue cargando tu cruz
Que les parece
Estremece la testuz
Más fuerte que un obús
En cabeza de avestruz
Lo malo es que la luz
No detiene ni la pus
Mientras tanto Mariluz
Sigue cargando tu cruz
Que les parece
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