jueves, 4 de marzo de 2010

CRÓNICAS DE LIMA - El dolor chileno y el Huascar

EL DOLOR CHILENO Y EL HUASCAR

Hay muchas aristas respecto al momento que esta pasando el “hermano” pueblo chileno, y hablo del populacho, de la gente pobre de los llamados sectores C y D, este segmento que cuando ocurren eventos que tienen que ver con la vida cotidiana, con la economía, con un seísmo…son los más golpeados, los que mas sufren, los que pasan hambre, frío y desesperanza. Y no es que el destino o la naturaleza se ensañen con ellos ¡no!, sencillamente esto es así, porque las casas de los desposeídos son frágiles, inconsistentes ante un terremoto, sus viviendas se derrumban antes que la mansión de un rico, y Chile se jactó de estar cerca del primer mundo, su economía se extiende en otras latitudes y las inversiones sureñas, sustentan economías en países que ofrecen estabilidad y seguridad jurídica y social a sus capitales, tal vez por este falso e iluso ideario, la Presidenta Bachelet salio a decir que Chile no necesitaba de la ayuda internacional porque estaba preparada para superar sola este desastre, al pedo su ayayero Ministro de Defensa lenguaraz como es y en pose arrogante dijo que los sureños saldrían de esta, porque su economía era fuerte y su pueblo estaba organizado. Ni una ni otra cosa, al día siguiente del cataclismo, el pueblo desesperado y hambriento, a vista y paciencia de la policía y con cámaras en vivo desató la hecatombe, las puertas de los supermercados fueron violentadas y hubo mas muertes, saqueos, incendios, rapiña y descarado robo.

¿No que Chile reventaba en dinero?
Resulta que fue un puerto bucanero
Una bola de desenfreno montonero
Una ilusión de barco bananero
Si a Allende lo mató un carabinero
De vocación y espíritu traicionero
Daba el pecho en La Moneda, prisionero
A malquerencia de su destino agorero

Fue el Presidente electo Sebastian Piñera, que castigo las rojizas mejillas de ambos cabecillas salientes y enmendando el grave error los conminó a rectificarse; la Presidenta en sincero arrepentimiento y abrumada por la magnitud del desastre, llegó hasta las lagrimas para suplicar perdón por su arrebato, el desfachatado Ministro ahora solicitaba “solo” hospitales de campaña y plata, ungido aún por un resquicio de estupidez hereditaria , hasta que hoy en día, a vista y paciencia de una cruel y lacerante realidad, el sufrido pueblo austral, se recupera de a pocos maniatado por un extenso toque de queda y la mirilla del fusil asesino de la fuerza armada que los apunta. Un gobierno altanero y desdeñoso que por su inacción inicial provocó a una población desesperada y en máxima tensión no solo por la amenaza de Tsunamis, sino también por la inminencia de escasez de alimentos y evidente pobreza, salieron estas a las calles desautorizando y echando por tierra la pedantería de sus dirigentes. La solidaridad internacional comenzó a allegar a Santiago y Lula y Hillary y Alan se condolieron con la población sufriente, ofreciendo toda la colaboración necesaria, para superar estos álgidos momentos.

Siempre actuamos por instinto
Nunca ha sido distinto
Al bouquet de un vino tinto
El desaliento se halla extinto
En fe del mandamiento quinto
La sangre siempre es corinto
La vida de episodios sucinto
La sandez y la jactancia, requinto

En medio de estas tribulaciones y lutos, en el puerto de Talcahuano a 500 kilómetros al sur de la capital mapochina, el glorioso e inmortal Monitor Huáscar, buque insignia de la armada peruana que comandó el Almirante Miguel Grau Seminario, desafiaba una vez más las embravecidas aguas de un mar intruso. Altivo y soberano, la nave ondea las crestas irritadas y sinuosas del atrevido oleaje, no existe maremoto ni tsunami que derrote su proa, la excelsa figura del Caballero de los Mares, parece comandar aún su puente de mando, asido fuertemente al timón, este insigne marino, recrea su digna existencia, cuando luego de hundir en Iquique al Esmeralda y al Blanco Encalada, recoge al comandante Arturo Pratt y otros náufragos enemigos, en generosa muestra de humanidad, esta gesta que el mundo entero reconoce, ratifica su colosal misericordia y sensibilidad, al devolver personalmente las pertenencias del derrotado a su condolida viuda, Doña Carmela Carbajal de Pratt, adjuntando una carta que decía entre otras cosas “Un sagrado deber me autoriza a dirigirme a Ud. y siento profundamente que esta carta, por las luchas que va a rememorar, contribuya a aumentar el dolor que hoy justamente debe dominarla. En el combate naval del 21 próximo pasado que tuvo lugar en las aguas de Iquique, entre las naves peruanas y chilenas, su digno y valeroso esposo, el capitán de fragata don Arturo Prat, comandante de la “Esmeralda”, fue como usted no lo ignorara ya, victima de su temerario arrojo en defensa y gloria de la bandera de su patria. Deplorando sinceramente tan infausto acontecimiento y acompañándola en su duelo, cumplo con el penoso y triste deber de enviarle las para usted inestimables prendas que se encontraron en su poder, y que son las que figuran en la lista adjunta. Ellas le servirán indudablemente de algún consuelo en medio de su desgracia y por eso me he anticipado a remitírselas” acompañaban a la misiva, una espada sin vaina pero con sus respectivos tiros, un anillo de oro de matrimonio, un par de gemelos y dos botones de pechera de camisa todos de nácar, tres copias fotográficas, una de su señora y las otras dos probablemente de sus niños, una reliquia del Corazón de Jesús, escapulario de la Virgen del Carmen y medalla de la Purísima, un par de guantes de preville, un pañuelo de hilo blanco sin marca, un libro memorándum y una carta cerrada y con el siguiente sobre escrito: “Señor Lassero. Gobernación Marítima de Valparaíso. Para entregar a don Lorenzo Paredes”.
La respuesta no se hizo esperar y en sincero reconocimiento y agradecimiento al noble gesto, subraya la generosidad de desprenderse de tan valiosos trofeos de guerra, propios solo de hombres de epopeya que escriben la historia de los pueblos.

Miguel Grau, el marino caballero
Emanado de distinguido astillero
Con fuego graneado de artillero
Hundió al Esmeralda patrullero
Con quites de fino banderillero
Esquivaba la lanceta del fullero
Suerte fue del cascarillero
Que fue torero y no novillero

Y esto es precisamente lo que no cierra la herida de la guerra del pacifico. Ningún peruano puede aceptar que en el inmaculado mástil del monitor se ice la bandera chilena, y después de 131 años nos sigan provocando con amenazas de un abierto armamentismo guerrerista que subyuga la voluntad de nuestros pueblos. Si por un segundo de dignidad los chilenos nos devolvieran nuestro buque, emulando el singular coloquio humano de Grau y Pratt aún en medio de la guerra, estoy mas que seguro que yo mismo, tendría otros sentimientos de fraternidad con los del sur, aunque sea mordiéndome la lengua. Pero las futuras generaciones no nacerían con el odio que significa ver nuestro buque insignia, cautivo pero desafiante aún, en aguas enemigas. ¡He dicho!

Emociones de orgullo me provoca el monitor
Leal barca de sentimientos sin compositor
Cadencia sublime de consciente expositor
Toga protectora de inseparable progenitor
Me rindo ante tu gloria y su vítor
De tus hazañas y andanzas subscriptor
Sublimaste al derrotado opositor
Enalteciendo mi pluma de escritor

Que les parece

2 comentarios:

  1. he leido lo escrito y comparto contigo la herida sigue y seguira lo que Grau hizo lo de Prat , el gobierno de Chile no hace lo mismo, para mi es un prisionero, a pesar que en su mastil flamea una bandera chilena, su corazón sigue es peruano que NO SE RESIGNA A RENDIRSE

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  2. he leido lo escrito y comparto contigo la herida sigue y seguira lo que Grau hizo lo de Prat , el gobierno de Chile no hace lo mismo, para mi es un prisionero, a pesar que en su mastil flamea una bandera chilena, su corazón sigue es peruano que NO SE RESIGNA A RENDIRSE

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