viernes, 15 de enero de 2010

CRÓNICAS DE LIMA - La tierra pide clemencia

LA TIERRA PIDE CLEMENCIA


Es increíble la necedad de los hombres que dirigen el mundo. En la última cumbre de Copenhague, los lideres de este moribundo planeta llamado Tierra, tuvieron quizás la mejor y única oportunidad de detener la anunciada muerte de nuestro mundo tal como lo conocemos, desde el 2007 en Bali, una paradisíaca isla de Indonesia circundante de Java, lugar donde el volcán Krakatoa hiciera erupción a finales del siglo XIX provocando una hecatombe mundial mediante Tsunamis con olas de hasta 40 metros de altura que destruyó aldeas y pueblos costeros en un radio de hasta 7,500 kilómetros; la segunda cumbre sobre el calentamiento global y el efecto invernadero, fue en Poznan, una de las más antiguas y bellas ciudades de Polonia, en donde también reinó la retórica y el lirismo inocuo de los Presidentes de las potencias mundiales que tienen la responsabilidad de resguardar nuestro mundo; la tercera y mejor oportunidad ha sido la reciente cumbre de Copenhague, sin resultados mediatos, sin acuerdos firmes y directos, con comentarios a media voz y tibios acuerdos bilaterales que en realidad no colma para nada la expectativa de la población mundial.
Sin embargo, en ciudad de México, tendremos sino la última ocasión de resarcir los daños que le hacemos a nuestro planeta, a nuestro hogar, y de una vez por todas renegociar la continuación del Protocolo de Kyoto, ojala nomás que no sea demasiado tarde.

Pobre nuestro mundo carajo
Sin decisión, los de abajo
Los dirigentes y su cuajo
La muerte tienen como legajo
Como si fuese un estropajo
Cada invento como escupitajo
Nuestra tierra la matan por un fajo
De viles billetes como vergajo

Cada celular, ipod, iphone, MP3, MP4, gameboy, USB, laptop, cada motor de licuadora, de microondas, la cafetera, el herbidor, la waflera, cada plancha eléctrica, cada cocina, cada televisor, cada computadora, cada foco de luz, cada reflector, cada therma, cada automóvil, bus, locomotora, avión, barco o hasta una simple “pila” (acumulador de energía) es un veneno artero a la supervivencia del planeta y son fuentes de emisión de energía (calor) o CO2 que es el principal elemento para destruir la capa de ozono, el plástico tan útil y necesario en la vida cotidiana del hombre, el asfalto, el cemento, las fabricas, siderurgicas y todo, absolutamente todo lo que significa “adelanto” o “modernidad” y que sirve para nuestra “comodidad”, es justamente lo que nos divorcia de la madre naturaleza y nos convierte en una suerte de hijos malagradecidos para con ella.
Como es posible que con tanta inteligencia acumulada y sistemáticamente “evolucionada”, seamos capaces de crear bombas atómicas, tanques de guerra, aviones supersónicos que únicamente destruyen la tierra y crean muerte y destrucción, construímos centrales térmicas actuando coyunturalmente en beneficio energético para “mover” las industrias, agricultura, etc. sin darnos cuenta que nuestra supervivencia esta sentenciada a la extinción de seguir por este despeñadero. Es increíble como nos destruimos en nombre del progreso y la ciencia.

Carlos Marx otrora decía
Lobo eres de tu supremacía
Y cual maldita profecía
Nuestra vida se torna vacía
Si la naturaleza nos ofrecía
Sobre las especies primacía
Ni la abogacía, ni el policía
Los salvarán de la alferecía

Cuanta nostalgia siento al evocar mi juventud en Chiquián mi tierra, mi amado terruño, mi suelo, mi casa, mi hogar, mi todo… le canté al mar y a las estrellas, a los árboles al arco iris, al río y al lago encantado de mis ensueños, tañí mi cuerda entre las auroras y sentí la neblina como mi propia hermana, la lluvia lloró conmigo por dentro y por fuera entre el granizo y la borrasca, el sol alimentó el pasto que agrandó mi ganado y la luna fue mi compañera al retorno de un día de caza, el frío me abrigó en Conococha y sus truchas nutrieron mis carnes, el venado fue un conocido cercano en mi mesa al igual que las vizcachas, la perdiz fue lo mas exquisito que degustó mi infante paladar… que fue de ti flor silvestre de la puna, que otro oído escucha hoy la celestial música de un arroyuelo, el canto matinal del jilguero, la trova divina del zorzal cuando el atardecer aflora, ay hierba santa, ay penca, ay berros, ay ñupu, ay shuplac, ay uyu; ay shulaco, ay tinyaco, ay grillo, que será de ti hermana águila, hermano añaco… acaso ustedes necesitan luz eléctrica del Mantaro o gas de Camisea ¿para vivir?, acaso no heredaron la tierra con sus ciclos de aguacero y sus áridas sequías, Einstein y Bill Gates ¿les sirvieron de algo a ustedes?, porque la tierra se pobló de malditos caínes si siempre vivimos en reciprocidad y concordancia tomando de ti naturaleza lo que nos era útil para nuestra sobrevivencia, porque Pierina y Antamina envenenan nuestros ríos y los perversos madereros depredan inmisericordemente la amazonía, porque se derriten los glaciares y el agua se evapora de tu seno…
La tierra esta hablando, se queja de tanta iniquidad, de tanto despropósito; el frío extremo y el calor sofocante de latitudes que antes no lo sentían, hoy lo padecen. En Lima mismo en pleno enero que “antes” era febril y ardiente soportamos lluvias impropias y anormalmente acuosas, las propias autoridades y expertos climatológicos dicen que es un verano “atípico”, pero no nos dicen que estos anuncios son muestras de que “algo” anda mal en la tierra, que el eje magnético se reubica por el calentamiento del planeta y los polos y la línea ecuatorial están variando en forma acelerada, los continentes se mueven a razón de 2.5 cm al año como costras flotantes en una superficie líquida, esta es la principal razón de terremotos y catástrofes como la de Haití y Pisco recientemente, las placas tectónicas se superponen y colosales fuerzas las mueven creando grandiosos episodios de dolor y muerte en el llamado cinturón de fuego del pacifico donde nosotros habitamos por desgracia. Sin embargo, a pesar de todo este sombrío panorama real, la tierra es todavía hermosa, y es nuestro único hogar para todas las especies y es nuestro deber salvarla y preservarla.

Cuanto daría porque mi mundo
Vuelva a ser tierno y fecundo
Alejando el instinto furibundo
De tanto asesino iracundo
Si el nómada era un vagabundo
También era preservista profundo
Jamás dejaría el planeta moribundo
Como tanto líder inmundo

Que les parece.

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