sábado, 2 de junio de 2012


LA POLICIA NO SE RESPETA

Con este título que parecería una herejía, quiero dar mi punto de vista respecto a ese lema tan magullado y difundido por los medios  y jefes policiales, “a la policía se le respeta”  ¿? Cuando por desgracia o por ese instinto suicida que hasta a delfines y crustáceos los llevan a morir a la playa, sintonizas los noticieros peruanos… ¡ya estas frito!, borrachos que atropellan a peatones en los paraderos, muertos por doquier en buses interprovinciales incrustados en la cola de cualquier tráiler estacionado en la carretera, niños violentados, niñas vulneradas en su intimidad por su padre o cualquier familiar cercano. Borbotones de sangre te ahogan y estrujan el corazón hasta el llanto. Pesimismo y autoestima por los suelos… y si a esto le sumamos las imágenes de jovencitos y “niñas bien” que en completo estado de embriaguez, sacuden, insultan y patean a los policías que tímidamente los detienen por manejar mamados y/o coqueados, por el solo y muy fundado temor que sean hijos de algún general o político encumbrado. Se dejan mancillar en lo más alto que deben tener y que es su lema. ¡Su Honor!

La Comisaría no es una covacha
Donde vocifere cualquier cucaracha
Más si es jovencita la muchacha
Sea indigente o sea ricacha
Pero, hemos visto en fatal racha
A una maltona de buena facha
Patear tombos con toda cacha
Sin poder pararse de borracha

Si un policía como autoridad no hace respetar su propia casa que es una comisaría, entonces esta por las huevas ahí. Y las amenazas de “no sabes con quien te has metido”, debe ser acallado a punta de cachiporrazos por la lengua, hasta que se les pase la huasca. Estas lamentables escenas jamás pueden ocurrir en un país como USA por ejemplo, en donde los policías parecen moles de carne y hueso, forjados en ejercicios y buen sueldo. En comparación con nuestros escuálidos gendarmes que si por suerte son gordos (léase panzones) es por la coima que se clavan en el bolsillo sin asco. Y así, no se hace Perú. Ya es tiempo que “alguien” haga respetar a nuestros guardianes de la sociedad que arriesgan sus vidas en la lucha contra el narco terrorismo por un lado y contra la creciente delincuencia en todas sus variantes por la otra, y ese alguien es el gobierno de Ollanta, aunque ya sabemos que el pata no manda ni en su casa, ¿las pruebas?, silencio total y mal manejo de los problemas sociales, hermanos díscolos y un padre hereje que busca protagonismo como si él hubiese ganado las elecciones.

En delegación de pared lisa
Reza en cada cornisa
Provocando leve sonrisa
El Honor es su divisa
Piden venia pa’ la requisa
Con moral baja y sumisa
Les revientan la repisa
Y les rasgan la camisa

Hace pocos días capturaron a una atrevida jovencita acusada de ser cabecilla de esa banda maldita, los mara salvatrucha X3 en el Perú. Arrogante, altanera, desafiante, mientras las policías femeninas la llevaban como si estuvieran en un desfile de modas, la chica con total desparpajo pateaba a los periodistas apoyándose en los brazos de sus guardianas que solo atinaban a sonreír. ¡No pues! Eso no puede pasar en las propias narices de un cuerpo tutelar que se respete. Por eso digo con convicción, la misma policía no se respeta, porque si no, no hubiera permitido ese comportamiento de esa delincuente. Primero, la hubiesen esposado de pies y manos como un animal salvaje y peligroso que es y segundo, hay formas de traslado de este tipo de delincuentes, sin necesidad de exhibirse como si se tratase de una estrella de cine con cámaras y micrófonos de por medio. Entonces, ¿cómo respetar a policías que ni siquiera ellos mismos se respetan?

Para ser un mara salvatrucha
Hay que tatuarse la marucha
Andar camuflado con capucha
Y escabullirse como trucha
Desnucas a tu tía Camucha
Cuando se baña en la ducha
Con el agua nadie escucha
Y escapas a paso e’ babucha

Que les parece