EL PAIS DE HUAMALA
Qué lindo es vivir sin tributar
Y que el fisco no te pueda escrutar
Ni la policía tu contrabando incautar
Para después chupar y disfrutar
No te importa nada el reputar
Y a los pobres hay que reclutar
Para el pase de mercancía ejecutar
Y la inservible legalidad sepultar
El contrabando es ejercido en su totalidad por los “comerciantes” que de aimaras solo tienen la cara, pero el cerebro delinque cotidianamente en desmedro de su patria chica, la gran mayoría de estos no tributan y manejan millones de plata que incluso fletan caravanas de tráileres llenos de mercancía ilegal sin dejar nada al fisco, su contribución al erario nacional es de 1%, mientras que Lima por ejemplo bordea el 45%; en buen cristiano quiere decir, que nosotros subvencionamos a estos “pobres indígenas” que son más avivatos que el más avezado transgresor de cualquier penal. Otro factor de discordia es la explotación minera, existen empresas que trabajan años, tributan y entregan el ansiado canon que revierte a los gobiernos locales sean provinciales o distritales, pero también “trabajan” los mineros informales sin ningún estudio de impacto ambiental, sin control ni supervisión de nadie y son los que principalmente envenenan las aguas de los afluentes del Lago Titicaca. Esta extracción minera despreocupada, también genera millones de soles que el país ni los contabiliza, ni tampoco lo beneficia. Entonces estos fulanitos que son Presidentes de los frentes de defensa de las cuencas altas y bajas, de la pobreza y el hambre, del rabanito y de la lechuga, surgen como famélicos azores tratando de mantener su estatus quo o mejorar incluso el abuso. Exigir que “se retiren todas” las empresas mineras de Puno, los pinta de cuerpo entero y pone en manifiesto su desmedido apetito angurriento que no se puede permitir. Ya Velasco en el pasado “botó” a la IPC por la página once, quitó las tierras a los latifundistas y expropió los diarios de circulación nacional y después ¿qué paso?, todos los peruanos tuvimos que pagar con creces las ganancias truncas que reclamaron los dueños y las empresas al estado.
Como si fuese un lio de vecinos
Ollanta tiene ahora dos caminos
O los flagela y castiga por cochinos
O se somete a sus caprichos y destinos
Lo primero hay que celebrarlo con vinos
En fragancias de madera o de pinos
Lo segundo implicaría vivir como calvinos
Confundidos entre quechas y aimarinos
Esta misma asonada quemando entes de control como la SUNAT o Aduanas, muestra la intención de “desaparecer” los controles que son perjudiciales para ellos, proclamar una nación aimara justifica el aislacionismo manifiesto y por eso queman el aeropuerto destruyendo negocios y empresas locales que ahora en temporada pico, avizoran pérdidas de hasta 300 millones de soles; líneas de vuelo y transporte de pasajeros junto a hoteles, restaurantes, taxis, guías y toda la cadena productiva de lo que es el turismo, se ve afectado enormemente, pero no se dan cuenta o no les importa, porque son gente pudiente, son negociantes precavidos y dan treguas para aprovisionarse y amenazar con medidas más radicales aún. Humala tiene que ser muy claro, es su gente, los que votaron hasta en un 88 % en esta región, tiene que controlarlos y hacerles entender que su capacidad de gasto por ejemplo, no llega ni al 50 % y el resto de presupuesto asignado se revierte, tienen que entender que las empresas mineras son capitales vitales para el desarrollo del Perú, que la coyuntura mundial nos ha puesto en la palestra del desarrollo y las inversiones; lo otro de aceptar “lo que el pueblo decida”, es la frase favorita de los dictadores y de esta manera justificaría caprichos de “lideres” zonales sin representatividad ni conciencia.
Cuánta razón tenía mi abuela Guillermina
Cuando hizo empreñar a la burra palomina
La llevó a la pampa de canchamina
Con favores de cómplice gurrumina
Y el pollino de aventado y en contramina
Rompió cercos, postes y calamina
Cogió a la burra hasta por la sudamina
Dejando firma y sello en bocamina
Que les parece